Silencio
- Diego Tello Martín
- 17 abr 2017
- 1 Min. de lectura
Silencio.
Al final del laberinto hay un espejo.
En el espejo, la entrada al laberinto.
Detrás del espejo no hay nada.
El Minotauro no puede huir y exclama desesperado: ¡No quiero morir!
pero los vampiros sedientos de sangre
esperan ansiosos a que se desangre para beber de él.
Tres yeguas de color azabache
arrastraran la cabeza del toro
y el cuerpo del hombre esta noche
para que todos puedan ver
el cadaver del monstruo. Al final del laberinto hay un espejo. En el espejo, la entrada al laberinto.
Detrás del espejo no hay nada. Silencio. Silencio de Diego Tello Martín
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